sábado, 2 de mayo de 2009

El discurso: pedestal a la orden del día

En Argentina estamos, una vez más, en período pre electoral. Esto significa que los medios masivos de difusión se vuelven monotemáticos, y la gente en general acata con devota sumisión los dictados del dios de 21 pulgadas. En estos momentos, como nunca, se observa con enorme nitidez la construcción de enormes pedestales vacíos, como los que mentamos en la entrada anterior. Y es que, afirmo temerariamente, la función principal del discurso, ha venido a ser, en nuestra sociedad mediatizada, la construcción de pedestales. Eventualmente, tales pedestales pueden ser agraciados con monumentales ideas o propuestas. Pero más allá de la presentación final, el discurso suele ofrecer las mismas características. El discurso se ha vuelto una acumulación de preconceptos que no pretende otra cosa que elevar, o destacar, una idea, una propuesta, generalmente mínima. Hoy en día, basta revolver con un palito algún ámbito semi intelectual para cosechar una horda de detractores del lenguaje, el discurso y la comunicación de los jóvenes. Pero toda esa enjundia debería apuntar un poco, también, a este bastardeo del discurso que es parte de la enfermedad que ocasiona aquel síntoma. El lenguaje pobre y limitado de los jóvenes es muy propio para su discurso concreto. Y no suena ilógico imaginar que bien podría ser una reacción al palabrerío ostentoso con el que rodeamos ideas vagas y tramposas. ¿Para qué más usamos el discurso sino para elevar y destacar proposiciones simples y menos valiosas que el envase que le procuramos?
Así que, siguiendo en la línea de fotografiar ejemplos, aquí comparto esta foto que nos regala el uruguayísimo Eduardo Galeano:

ELOGIO DEL ARTE DE LA ORATORIA
En el poder, hay división del trabajo: el ejército, las bandas armadas y los asesinos sueltos se ocupan de las contradicciones sociales y la lucha de clases. Los civiles tienen a su cargo los discursos.
En Bogotá hay varias fábricas de discursos, aunque sólo una de las empresas, la Fábrica Nacional de Discursos, tiene teléfono registrado en la guía. Estas plantas industriales han discurseado las campañas de numerosos candidatos a la presidencia, en Colombia y en los países vecinos, y habitualmente producen discursos a medida para interpelar ministros, inaugurar escuelas o cárceles, celebrar bodas o cumpleaños o bautismos, conmemorar próceres de la historia patria y elogiar difuntos que dejan vacíos imposible de llenar:
-Yo, el menos indicado quizá…

Eduardo Galeano, El libro de los abrazos


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