domingo, 19 de septiembre de 2010

por si te da por aflojar

Para nuestros queridos vecinos del hemisferio norte el mes de Septiembre suele ser tiempo de inicios, punto de arranques varios, puntapié inicial de cuestiones diversas. Para nosotros, la llegada de la primavera (que al día de hoy brilla por su ausencia) empuja un poquito para adelante. Pero esta época del año, más allá de sus promesas de futuros elixires, suele llegarnos con los pies cansados y los brazos caídos. ¡Y todavía falta tanto.....!
Por eso me gustó compartir este textito del capo de Gondim, que leí hace unos cuantos años, y que me sigue entibiando el ánimo. Se los comparto:
EL PREMIO DE LOS PERSEVERANTES
Ricardo Gondim Rodrigues

“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias”. – Apocalipsis 3.21.

Mis brazos no soportaban más. Yo trataba de recuperar el aliento desesperadamente. El vaivén de la cabeza que se sumergía y emergía en busca de oxígeno se volvió frenético. Nadaba preparándome para una competencia próxima y precisaba intensificar mis entrenamientos. Pero, aquel día estaba exhausto. Después de casi media hora de suplicio decidí desistir. Me prometí a mí mismo que al tocar el borde de la piscina le pediría al técnico que me dejara ir. Decididamente no aguantaba más.
“Llegué al límite”, dije jadeando. “¡Voy a parar ahora!”
Sin demostrar pena por mi, él me respondió dándome la espalda: “¡Este es el momento en el que aflojan los mediocres!”

Me sentí una basura. Busqué fuerzas de donde no tenía más y volví a mi entrenamiento. Aprendí una lección que me serviría para el resto de la vida: El premio será dado a los que no desisten y permanecen en la lucha.


Hay muchos textos en la Biblia que nos exhortan a no desistir y que prometen un premio a los que, perseverando, atraviesan la línea de llegada de la vida. ¡Cuántos proyectos y sueños se acaban porque las personas no dieron el paso siguiente, desisten creyendo que llegaron al final de s
us fuerzas! Algunos abandonan su matrimonio imaginando que no poseen recursos para salvarlo, otros abandonan sus sueños profesionales, deportivos y, peor aún, mucha gente huye de Dios.
La gente vive como quien nada, pedalea o corre. Vivir es una travesía que, muchas veces, parece imposible. Las complicaciones del viaje, inesperadas. Hasta los laderos que nos acompañan no siempre son dignos de confianza. Pero Dios pide solamente que no desistamos en el caminar. Los incentivos que recibimos de él son que él viajará a nuestro lado;
no permitirá que las luchas sean mayores que nuestras fuerzas; y que recibiremos un galardón. La Biblia describe el desistir, volver atrás y no perseverar, como atributos de los cobardes y que ellos quedarán fuera del Reino.
Cuando creas que no tenés más fuerzas, da una brazada más, una nueva vuelta de pedal, otro pasito. ¡El Espíritu de Dios te ayudará a seguir adelante!