martes, 3 de marzo de 2009

Abusando de la alegoría (para Ulises que lo mira por TV)

Odiseo me cuestionó, en la entrada anterior, el uso de la alegoría. Probablemente tenga razón. ¿Cómo saberlo? Ya que no tenemos una respuesta, propongo insistir con el mismo método, hasta que se acomode, o que reviente. ¿Viste cuando estás intentando arreglar alguna cuestión mecánica (aunque también funciona en otros órdenes)? Suele suceder que llegamos a un momento en el que hay que testear el provisorio arreglo sin tener la certeza de estar actuando del todo acertadamente. Entonces probamos. O se acomoda y sale funcionando (aunque después tengamos que proporcionar ulteriores ajustes), o vuela todo y arrancamos de 0.

¿Qué les parece esta foto?

La tomé hace unos días porque me pareció una exacta alegoría (con perdón de la palabra) de lo mismo que mencionaba en la entrada anterior.

Aquí espero los garrotazos. Saquen números.

6 comentarios:

  1. Excelente. Quitale los apuntalamientos de sostén y sopla.

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  2. Y no es falta de amor al prójimo ayudarle a ver realidades drásticas. ¡Es justamente lo contrario! ¿No hizo Jesús ese "Oyeron que fue dicho -atado a la argolla- pero yo les digo que...-y los desato de la argolla?" qué duro, pero qué necesario. No hay concesión ni condescendencia no quiere decir "no hay amor". A menos que amor sea concesión y condescedencia para algunos.

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  3. Sí, lo que encuentro también es que el "actuar con amor" tambien suele ser un arma de manipulación en manos de los defensores del "no toquen nada". Que no suele ser el mismo criterio de amor que usan de puertas para adentro. ¡Cuanto nos falta aprender y practicar en materia de amor!

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  4. Creo que el amor cubre todas las faltas... Y creo que a veces implica hacer conseciones. Dejar el "a mi me parece" propio por el "a mi me parece" del otro. Aún sin estar del todo de acuerdo...
    Creo que la cosa no viene por condenar tradiciones (ni mucho menos por avalarlas); creo que viene por como la comunidad se maneja en amor...


    Cuando Jesús desataba de la argolla, señalaba que las argollas eran mandamientos humanos: y lo demostraba con las Escrituras, y Jesús, que era Palabra e intérprete de la Palabra mostraba que esos mandatos humanos iban en contra de los mandatos divinos. Estar en el lugar de Jseús es difícil, pero tiene como una de sus formas el amor al prójimo.


    Escribiendo este post, me di cuenta de lo arduo que resulta discutir esto por escrito, siendo algo tan práctico...

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  5. a uno que pensaba y escribía con mayor facilidad se le ocurrió ponerlo en estas palabras: "Ama y haz lo que quieras". así San Agustín hablaba con respecto a las decisiones duras, a la disciplina, al tomar acciones que al otro le pueden doler. Se puso a favor de asumir los compromisos de generar incomodidad o dolor en el otro, pero siempre y cuando sea el amor genuino el que desataba argollas. ¡Qué ensalada estamos haciendo con todo esto!

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  6. "Cuando Jesús desataba de la argolla, señalaba que las argollas eran mandamientos humanos: y lo demostraba con las Escrituras, y Jesús, que era Palabra e intérprete de la Palabra mostraba que esos mandatos humanos iban en contra de los mandatos divinos."

    No, de humanos nada, hablaba de la Ley de Moisés que el Dios de Jesús dio a Israel.El amor de Jesús se demostró clavando esa Ley en la Cruz. Durísima drasticidad.

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