jueves, 9 de abril de 2009

Breve elogio de la amistad divina III

La amistad, en tanto relación, impone una apertura genuina entre sus participantes. Uno se obliga a la franqueza, a la vez que la exige de su interlocutor.

¿Quién será el valiente que se anime a tomar unos mates y charlar todas las tardes con alguien absolutamente sincero y veraz, pero que lo conoce mejor que uno mismo?

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