jueves, 22 de enero de 2009

el que avisa no es traidor

Una de las posibilidades que me brinda este espacio es el “choreo flagrante”. Quiero decir que uno quiera o no quiera, siempre va incorporando otras opiniones, otras miradas, cuestiones que le resultan interesantes y después de algún tiempo no las reconoce como adquiridas sino que las presenta como propias. Muchas veces estaremos ante un plagio velado (casi siempre), pero suele tratarse de un plagio inconciente. O una reformulación propia de ideas ya leídas u oídas. ¿Por qué lo que se llama ‘cover’ no es robo? Porque se reconoce la autoría del autor original. En el caso que estoy mentando no se puede realizar tal reconocimiento porque muchas veces uno ignora de dónde vino rodando aquella idea peregrina que encontró un pesebre en medio de las pajas de las ideas de uno.

Bien, toda esta explicación tiene como propósito advertir que bajo la etiqueta “choreo flagrante” intentaré citar comentarios, informaciones, datos de pelaje variopinto con las que no siempre coincidiré yo mismo, pero que por algún motivo me parece valioso compartirlo. No siempre podré dar crédito al autor o al lugar de procedencia. No obstante, cuando lo sepa, prometo intentarlo (demasiado vago el compromiso!!!).

Esta cita que comparto aquí tiene su autor al pie de la misma pero yo la leí aquí en http://www.baciadasalmas.com/


MITO Y METÁFORA


– La palabra “mito” significa “mentira” – comenzó él. – Un mito es una mentira.

– No, un mito no es una mentira. Una mitología completa es una organización de imágenes y narrativas simbólicas, metafóricas de las posibilidades de la experiencia humana y de la plena realización de una determinada cultura en un momento dado.

– Una mentira.

– Una metáfora.

– Una mentira.

Eso se extendió por veinte minutos. Percibí que el entrevistador no sabía de hecho lo que era una metáfora, y resolví tratarlo como él me estaba tratando.

– No, estoy diciendo que es una metáfora. Déme usted un ejemplo de metáfora.

– Voy a intentar. Mi amigo Juan corre muy rápido. Las personas dicen que él corre como una gacela. Eso es una metáfora.

– Eso no es metáfora. La metáfora es: Juan es una gacela.

– Eso es una mentira.

– Es una metáfora.

Y el programa acabó. ¿Qué sugiere ese incidente al respecto de nuestra comprensión popular respecto de la metáfora?

Me hizo reflexionar que la mitad de las personas en el mundo piensan que las metáforas de sus tradiciones religiosas, por ejemplo, son hechos. Y la otra mitad sustenta que no son hechos de ninguna manera. Como resultado tenemos personas que se consideran creyentes porque aceptan metáforas como hechos, y otros que se clasifican como ateos porque creen que las metáforas religiosas son mentiras.

Joseph Campbell, en Thou Art That


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