viernes, 6 de mayo de 2011

cuánto... en cuatro líneas


lo leí, me gustó, lo releí y me gustó todavía más.
Reconozco mi ignorancia en cuanto a las ideas y la vida de este buen Shillito. Pero me parece muy piola compartirlo y disfrutarlo juntos, si da.

Los otros dioses eran fuertes; pero Tú fuiste débil;
Llegaron cabalgando, pero Tú te tambaleaste hasta el Trono;
Pero a nuestras heridas sólo las heridas de Dios pueden hablar,
y ningún dios tiene heridas sino solo Tú.

Edward Shillito

5 comentarios:

  1. Muy bueno, me gusto!!

    ResponderEliminar
  2. Si esos son algunos de los rasgos de nuestro Dios y aspiramos a parecernos más y más a Él, sospecho que necesitamos concientizarnos más de cuál debe ser nuestra actitud y relación con el aquí y ahora de cada día, de nuestro lugar y nuestro tiempo.

    ResponderEliminar
  3. Sí, por supuesto, pero creo que eso en segunda instancia, aunque no menos importante. esa reacción,esa búsqueda de una práctica en sintonía con el objeto de nuestra adoración, debe ser precedida por esa adoración, por contemplación de esa singularidad, de ese amor sin igual, de esa identificación inspiradora. sin esa adoración se hace todo muuuuuuy cuesta arriba ¿no?

    ResponderEliminar
  4. Produce una rara atracción ese Dios "débil", que se hizo, vaciándose de su divinidad, un débil hombre sucumbiendo hasta la muerte para luego hacerse uno con nosotros...

    ResponderEliminar
  5. si, tal vez solo sea rara porque nuestra cultura exalta demasiado la fortaleza. y desde la mirada oriental haya mas propension a valorar ese aspecto de entrega, de despojo ¿no? tal vez

    ResponderEliminar

Dejá aquí tu comentario, o tu sospecha: