viernes, 5 de febrero de 2010

mi vecino, Carlos

Me dice mi vecino, Carlos, una conclusión a la que sus años de experiencia de vida le permitieron arribar: “Al ‘villa’ no lo cambiás más. Ellos son así. Se visten con esas ropas y andan así, y se drogan y toman. Lo malo es que eso se pasó a toda la sociedad.”
Mi vecino, Carlos, es un vecino reconocido en la localidad, personaje autoritario, prepotente, muy trabajador, pero con una ética bastante acomodaticia a sus propios intereses.

Mi vecino, Carlos, está preocupado por la sociedad que se está construyendo para las generaciones futuras. Le preocupa que no haya una autoridad que ordene los valores en la sociedad, como sucedía hace algunos años, con otros gobiernos.
Mi vecino, Carlos, no es ingenuo, ni falto de capacidad de reflexión, y mira, y escucha y llega a estas conclusiones.
Mi vecino, Carlos, compró definitivamente el discurso
de la criminalización de la pobreza. Los ‘villa’, sucios, pobres, no burgueses-como-yo (aunque yo no sea capaz de reconocerme burgués en lo que tengo y hago pero lo evidencio en lo que ansío tener y alcanzar), son los responsables de todos los males de la sociedad. Son los culpables de mi incomodidad actual. Son los reos de los pecados presentes y futuros de la sociedad.
Mi vecino, Carlos, no está cómodo con su conclusión: ¡pero está tal feliz! ¡Que sensación tan agradable es haber descubierto al culpable! Que alegría saber que, una vez más, como en toda la historia de la h
umanidad, en lugar de progresar decidimos retroceder para echarle la culpa de todo al viejo y consuetudinario responsable: el otro.

Pareciera estar bien orientado mi vecino, Carlos, con los tiempos que corren. Parece un tiempo propicio para aquellos que sueñan con la construcción de ese mundo para pocos, y pocos “bien igualitos”.
¿Sigue teniendo sentido, en esta realidad “expulsaajenos”, aquel evangelio de la inclusión, del amor al prójimo, del servicio al otro sin distinción?

4 comentarios:

  1. Algo así como...todos rubios, altos y de ojos azules?

    ...aunque para eso haya que aniquilar a todo el diferente,sin mucho miramiento.
    ¿Diferente a qué o quién?
    Estoy algo preocupada, sé que soy diferente...¿o los diferentes son los otros?
    quedo confundida...y ¿vos, sos diferente?

    La verdad es que mi viejo tenía razón cuando decía que: "La culpa siempre la tiene el Otro" y
    me voy antes que se den cuenta de mis diferencias y...¡yo no fui!


    Un abrazo

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  2. sí, me parece que vos sos medio rarita..... ¿de dónde sos vos? no serás pobre, o extranjera ¿no?
    tuve un patrón que ante algo que no entendía te preguntaba: ¿vos sos loco, judío, puto o cantor? pareciera ser ese el espíritu de esta época, al menos por estos lares.
    un abrazo.

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  3. Lubi, no soy rica y soy hija de gallegos, nacida en Buenos Aires. Fui criada al modo de ellos, por supuesto,primaba el respeto,la educación, la solidaridad y esas cosas que se usaban antes cuando las personas eran importantes por su decencia, su palabra- "palabra de honor"- y bastaba un apretón de manos para sellar un acuerdo (Suena muy raro hoy).

    Nací en un lugar de campos, quintas de flores, frutas o verduras; hornos de ladrillos, calles de tierra y pocas casas.
    Se mezclaban los inmigrantes europeos que llegaban corridos por la guerra con los compatriotas que llegaban del interior del país.
    Trabajaban en los campos, iban haciendo sus casitas y así se hacían los barrios y por pura soledad y desarraigo se armaban las parejas nuevas: el santiagueño con la portuguesa; la polaca y el correntino...¡lindas familias! y que fiestas que se hacían!

    Mi viejo los convenció para hacer un club, para tener un lugar donde reunirse y trajeron el correo, la luz, el asfalto y se festejaban los cumpleaños, los casamientos, los carnavales y, claro, los velatorios.
    Nosotros, los hijos ya crecíamos en ese "progreso" y llegó la escuela primaria y la secundaria y muchos de esos también se casaron con la vecinita...¡Fuimos una gran villa!
    (entonces no se llamaban villas...¿o si?.

    Así también crié a mis hijos, respetando al vecino, siendo solidarios, compartiendo y no me fue mal, no señor!
    Pero Lubi, ahora me siento rara y como que no encajo en este tiempo, como que no entiendo los "modos", ni el lenguaje, ni la agresión gratuita de unos a otros.
    Ni tampoco entiendo por que hay que "Tener" para "Ser"
    Soy diferente? o ¿diferente es el Otro? y en todo caso...¿diferente a qué?.

    Lubi, pienso que los "Villa" no son los culpables, sino los que permitieron que las cosas lleguen a este punto y con tan marcadas diferencias.
    Dejame sospechar, Lubi, que a alguien le conviene que las cosas estén de este modo...no encuentro otra explicación, como tampoco la razón.

    Un abrazo.

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  4. No creo que seas muy diferente de lo que somos la mayoría. En realidad todos pensamos más o menos parecido, tal vez el problema está más en el momento de actuar. de a uno todos son progresistas y creen en las posibilidades y riqueza del otro, pero a la hora de actuar todos nos escondemos del vecino, le negamos la mano al vecino, y preferimos pensar mal del diferente antes que tomanos el tiempo y el esfuerzo de conocerlo.
    ¡Qué seductor es el encasillamiento! Nos evita pensar, y nos evita el trabajo de ofrecer nuestro tiempo y nuestra confianza. ¿por dónde se sale de este callejón en el que vamos avanzando más y más?
    abrazo

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