lunes, 2 de diciembre de 2013

Metáfora berreta, al paso



Anoche, cuando todos nos fuimos a dormir, mi hijo Andrés (extraordinariamente para sus hábitos) se quedo levantado ordenando el comedor. Con algo de ruido, bastante de paciencia, y mucho más de amor, esta mañana nos despertó con un ambiente inesperadamente mejorado, respecto al que habíamos dejado la noche anterior. 
Después de la alegría y el deslumbramiento inicial descubro un rincón en el que me encuentro con un conjunto de elementos apilados bajo la consigna “cosas de PAPá
 Me quede, entonces, pensando en esas oraciones que hacemos solicitándole a Dios que tenga misericordia e intervenga en nuestras vidas acomodando cosas que se escapan de nuestras habilidades y posibilidades. Y Dios (mucho mas increíblemente) muchas veces lo hace. Muchas veces extiende su gracia y toca nuestra vida. Y acomoda nuestro corazón, nuestro pensamiento, nuestras emociones, nuestras convicciones, incluso nuestras circunstancias, como creíamos que nunca iban a verse armonizados. 
Pero también Dios nos deja ese cartelito: “Yo trabajé, yo acomodé, yo hice mucho de lo que vos no podías hacer. Pero aquí te dejo una pilita de cosas con las que solamente vos vas a tener que lidiar. ¿Qué vas a hacer con esto?”

¡Porque para siempre es su misericordia!!!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejá aquí tu comentario, o tu sospecha: