Leyendo este libro que me tiene sumamente atrapado en estos días, me encuentro con esta bendición que desea incomodidad, enojo, lágrimas y necedad. Por lo contradictorio, lo desafiante, lo inconformista… me dio muchas ganas de compartirlo en este espacio y de desearle lo mismo a los sospechantes habituales y circunstanciales que caminen esta veredita en estos días primicias del 2012.
Una bendición franciscana
Que Dios te bendiga con una incomodidad
por la respuestas fáciles, las medias verdades, y las relaciones personales superficiales
para que puedas vivir hondo en tu corazón.
Que Dios te bendiga con el enojo
contra la injusticia, la opresión y la explotación de la gente,
para que puedas trabajar por la justicia, la libertad y la paz.
Que Dios te bendiga con lágrimas
para derramar por los que sufren dolor, rechazo, hambre y guerra,
de modo que puedas extender tu mano para consolarlos y
convertir su dolor en alegría.
Y que Dios te bendiga con suficiente necedad
para creer que puedes determinar una diferencia en el mundo,
para que puedas hacer lo que otros aducen que no se puede hacer
para traer justicia y bondad a todos nuestros hijos y a los pobres.
Amén.
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